que ha sido uno de los más fuertes que me ha tocado vivir, pasar
de estar sin esperanzas a un estado en el que ni siquiera se cuanto
tiempo lograré estar, sólo espero ser fiel a mis sentimientos, más
que a mis propios pensamientos que me engañan con el pasar de los
días.
No niego seguir buscando esa esperanza que me haga creer de nuevo
en el amor, que me haga soñar como un día lo hizo alguien por mi,
que me haga necesitar tanto ese cariño, ese gesto de amor sincero,
ese gesto de entrega total, que un día me arrebataron sus miedos,
reconozco que tengo miedo, reconozco no ser capaz de tomar mi pasado
y rescatar lo mejor de él y es que ha sido tanto el sufrimiento que
sólo me quedan fuerzas para decir basta, ya es momento de pararse,
tomar un nuevo impulso y continuar.
Creo que ya es momento de sacar esa mascara que cubría mi tristeza
y dar a conocer que soy un tipo amargado, que no le gusta vivir, que no
le gusta su vida, que nunca le ha gustado su forma de ser, esa máscara
que por más que tape mis facetas siempre atrás de ella hay tan sólo
un vacío increíble e infinito, un espacio lleno de sufrimiento y dolor.
Quizás estoy equivocado y lo mejor sea enfrentar mis miedos o quizás
volver a ser ese guerrero incansable que batallaba cada día con su propio
ser, quizás eso era entretenido, quizás perdió su esencia cuando le dijeron
que sus miedos sólo empañaban más las ganas de ser feliz.
Quizás lo mejor sea volver a ser un niño, volver a ver la vida
como tal, quizás lo mejor sea volver a luchar contra ti, contra mi, queriendo
querer de vez en cuando, para así romper los ciclos que voy produciendo al rededor
de todas las cosas que en poco tiempo voy haciendo parte de mi, y es que quizás
uno de mis más grandes errores fue hacerte parte de mi piel, más que parte de mi ser,
tal vez mi más grabe error fue haberte amado tanto sin que tú lo sintieras...
"Y es que era tanto el miedo que ni siquiera tus ojos me dejaba ver..."
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